De Norte a Sur, en la Comunidad Valenciana ha habido un ingente
movimiento musical durante la década de los ochenta del que surgieron
importantes figuras a tener en cuenta. En Castellón destacaron apellidos
como Villanueva (Los Auténticos, Los Plomos, Los Brujos), Morcillo (Los
Rítmicos, Los Auténticos), Renau (Cuentos Chinos) o Escoin (Los
Romeos), que se asocian a bandas punteras de la provincia; mientras que
en Valencia sucede más de lo mismo con Aguado (Los Inhumanos), Illueca
(Betty Troupe), Godofredo (Fanzine, Ceremonia, Tomates Eléctricos) o
Badenes (La Banda de Gaal, Glamour, Mix).
Pero si nos centramos en la provincia de Alicante, los referentes fueron
músicoss como Peña (Acero), De la Cotera (Morticia y Los Decrépitos,
Tango Luger), Quereda (Café Grecò), Robledillo (Aspirantes a la Horka),
Carratalà (Mediterráneo), Hernández (Muzak, Todo Todo), Mestre (Muy
Frágil) o Gilabert (Carne de Psiquiátrico). Todos ellos, y muchos más,
se aglutinan en el libro ‘Gracias por estar aquí. Historias de la Movida
Alicantina’, obra del periodista José María Esteban.
Esteban es periodista y escritor de largo recorrido. En su currículum se
amontona un buen número de ediciones escritas en forma de revista
(Vibraciones, Disco Expres, Rock Espezial, Sal Común, Heavy Rock,
Rolling Stone, …) o de diario (ABC, Diario de Barcelona, Información, El
Mundo, Ideal, …). También ha sido locutor radiofónico en cadenas tan
importantes como la Cope o Cadena Ser. En el ámbito literario, también
es autor de ‘Miguel Ríos. Los viejos rockeros nunca mueren’, ‘Memorias
del subsuelo’ o ‘Marruecos. Una incógnita en su futuro’.
Para empezar, ¿Cómo acaba un melillense afincado en Cataluña realizando una obra sobre la movida alicantina?
José María Esteban: Es sencillo, aunque largo de explicar. Es cierto que
nací en Melilla y viví en África hasta que tenía 7 años. Luego viví en
Badajoz, Figueras o Granada, que es la ciudad en la que estuve más
tiempo y además allí pasé mi adolescencia. Posteriormente me fui a
Barcelona a estudiar. Mi primer trabajo como periodista sería en Lleida,
para retornar después a Barcelona. La primera vez que vine a Alicante
fue en 1984, porque mi familia se había venido a vivir aquí y quise
pasar unas vacaciones en esta tierra. Después volví a Barcelona y en
1988, cuando tenían la ciudad entera en obras de cara a los Juegos
Olímpicos, decidí venirme a vivir a Alicante hasta 1993, porque suponía
que ese año Barcelona ya volvería a estar habitable, pero lo cierto es
que al final decidí fijar mi residencia en Alicante.
‘Gracias por estar aquí’ lo empezaste a escribir hace unos cuantos
años, pero perdiste el trabajo que ya tenías redactado. ¿De dónde
sacaste la fuerza suficiente para reescribir un libro de este calibre?
JME: La verdad es que el libro llegué a perderlo hasta en tres ocasiones
por diversos problemas. Decidí dejarlo definitivamente cuando sufrí un
cáncer (del que ya estoy repuesto) y una editorial (con la que había
llegado a un acuerdo de publicación) quiso aprovecharse de la situación
cambiando las condiciones pactadas alegando problemas derivados de la
crisis. Entonces decidí dejarlo todo, hasta que aparecieron dos buenos
colegas con los que había trabajado anteriormente en El Mundo (Martín
Sanz) y World 1 Music (January Ruiz), que me convencieron para
rehacerlo. Yo puse como única condición que una vez acabado ellos se
encargaran de su edición y publicación, que yo no haría nada más. Así se
hizo y debo reconocer que hicieron un trabajo inmejorable.
El hilo conductor es, de algún modo, Alfonso Peña, voz y armónica de
Acero, habiendo elegido una frase que dijo en un concierto como título
de la obra. ¿Por qué razón?
JME: La anécdota que dio origen a esa frase siempre me ha hecho mucha
gracia. Para quien no lo sepa diré que ‘Gracias por estar aquí’ fue el
saludo de Alfonso Peña, cantante de Acero, durante una actuación del
grupo en la cárcel de Fontcalent… Se trata de un personaje singular al
que tenía muchas ganas de conocer desde 1982, cuando creamos la revista
Heavy Rock y, en nuestra primera reunión, el gran ‘pope’ de esa
publicación, Vicente ‘Mariskal’ Romero dijo que había que hacer una
entrevista a Alfonso Peña, porque en Alicante era tan legendario como la
paella. Por fin lo conocí en 1984 y vi que Mariskal tenía razón por el
carisma de Alfonso, que ciertamente era muy popular en Alicante y
conocía a la perfección el ambiente musical de la ciudad, porque -además
de ser el cantante de Acero- tenía un equipo de sonorización que solían
alquilarle casi todos los grupos de la zona..
¿Alguna inclinación especial por algún grupo o estilo en concreto?
JME: Aquí te podría citar demasiados grupos. Me gusta mucha gente y
prefiero no dar nombres, porque se me olvidaría alguno. No soy nada
mitómano y nunca he sido fan de un grupo concreto. Me gustan muchas
cosas la vez y no sabría precisar cual de ellas prefiero. En lo
referente a estilos, soy muy abierto. Evidentemente el rock siempre me
ha llegado, pero también me encanta el flamenco, el jazz o la música
árabe. Siento una especial debilidad por el afrobeat y otras músicas
africanas. En fin, que se te diera nombres podríamos hacer una
enciclopedia.
Abordas todos los géneros y aportas un ingente número de fotografías,
obra de otra no menos despreciable cantidad de fotógrafos. ¿Cómo se
desarrolló el proceso de captación de imágenes y su posterior selección?
JME: Desde el principio tenía claro que la parte gráfica debía tener
mucha importancia en el libro y aposté por la cantidad, porque quería
que aparecieran el máximo de grupos y músicos posibles. Por mi trabajo
como crítico musical en varios medios yo tenía un gran archivo
fotográfico y además les pedí fotos a bastantes músicos, que enseguida
se brindaron a colaborar conmigo con material muy interesante. La
selección final fue complicada, aunque aposté por la variedad para que
pudiera salir el máximo posible de gente, lo que desgraciadamente nos
obligaba a reducir bastante el tamaño de las fotos en el libro.
A tenor de la gran expectación que ha causado en Alicante la
publicación de ‘Gracias por estar aquí’ y la masiva afluencia de público
que hubo en su presentación, ¿Consideras que era necesario, por no
decir imprescindible, contar la historia de aquellas dos décadas y media
de música alicantina?
JME: No sé si era imprescindible, pero desde luego a mi me parecía
importante. Hay demasiados músicos a los que no se le reconoce su
trabajo en la medida que merecen. En España siempre ha habido mucho
centralismo y desgraciadamente no se han difundido de modo adecuado el
trabajo de demasiada gente que tiene bastante más valor que muchos
‘supuestos’ artistas muy promocionados, aunque su nivel musical sea más
que cuestionable. En ese sentido he aportado mi granito de arena
reivindicando a los músicos y los grupos alicantinos.
Tras unos meses en librerías, ¿Estás satisfecho con el resultado de la obra a nivel de ventas?
JME: Me siento satisfecho desde el primer día. No me esperaba ni mucho
menos el espectacular llenazo de Clan Cabaret el día de la presentación.
La verdad es que me dejó impresionado todo aquello, pues no solo
estaban los músicos de varias generaciones, sino también gente
importante relacionada con el mundo cultural en otras vertientes. No sé,
fue algo sorprendente para mí y me sentí más que halagado con ese
cariño que me mostró la gente.
Por último, ¿Algún nuevo proyecto en ciernes que puedas explicarnos?
JME: Ahora mismo no tengo ningún proyecto a la vista. Ya me he jubilado y
ahora disfruto leyendo y escuchando música con tranquilidad, sin la
obligación de escribir posteriormente sobre ello. Siempre he disfrutado a
tope con la lectura y la música, pero creo que ahora lo saboreo mucho
más porque no tengo límite de tiempo.
Muchas gracias por atendernos. A buen seguro los lectores de Nuevaola80 agradecerán estas palabras.
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]
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