Teo Serrano sigue en activo, y eso es una gran noticia. Recientemente ha
lanzado su segundo disco como Teorema, un compacto de sugerente título,
‘El Rock and Roll es Libertad’, todo un alegato para este auténtico
“franrocktirador” que, después de muchos años en la carretera, sigue al
pie del cañón, con la misma ilusión y ganas de manifestar su música.
Inicialmente formó grupos como Los Pintalabios o Los Rompecorazones,
pero no fue hasta su participación con Loquillo (y Los Intocables)
cuando empieza a destacar en el panorama rocker del país y aquel
inolvidable single con ‘Autopista’. El siguiente paso fue como Teo y Los
Reincidentes, y todo un Lp que ve la luz en 1990 con Urantia, ‘Lujuria
juvenil’.
En los tiempos actuales, Teo lleva adelante su proyecto Teorema R’n’R,
iniciado discográficamente en 2011 con ‘(Soy Eres Mi tu) Reflejo en el
espejo’, y a finales de 2019 su segundo disco representa un soplo de
aire fresco a la triste situación musical actual que vivimos, con un
trabajo pleno de ritmo y buenas canciones. Entrevistamos a Teo Serrrano
para Nuevaola80.
¿Crees que nos hayamos inmersos en una sequía creativa con falta de
nuevas ideas y, por ende, de nuevas composiciones que rompan la actual
monotonía?
Creadores siempre ha habido y los habrá, máxime ahora que la tecnología
nos da una independencia impensable años antes. Otra cosa es que los
circuitos de la música “comercial” usen una lógica rentabilizadora y
hayan fomentado a conciencia la escasa variedad -como un bar de comidas
con pocos platos y siempre los mismos- para saber de antemano que los
venderá. Se jugó a anquilosar el gusto y criterio reduciendo la
diversidad y eso se traduce en oir una y otra vez la misma o parecida
canción, a la que se le va variando (y no demasiado) la/s cara/s de la
portada. Han logrado que haya desaparecido en todas partes el respeto
tanto por la música como por los músicos, ahora la palabra mágica es
“famoso”. Todos esos aspiran a superar el cuarto de hora que les
vaticinó Andy Warhol a base de intentar colarse en programas estercolero
y rebañar algún tipo de nómina extra largando ordinarieces.
Por otra parte, nos enfrentamos a un profundo sentimiento conservador en
el oyente rockero, en general, (al que tiene todo el derecho del mundo,
faltaría más) que produce la tragicómica paradoja respecto a que si el
segundo disco suena igual que el primero, es que se han estancado en lo
facilón pero si en cambio, es diferente, “ya no son lo mismo”. Creo que
esa dinámica sólo se supera de una forma y es construyendo canciones con
vida interior fuerte y amando todo ese proceso de principio a fin: esas
cosas se notan. Canciones que te atrapen por la razón que sea y pasen a
ser parte de tu juke box particular, ésa en la que van entrando y
saliendo a lo largo del tiempo y que en cada reencuentro vuelven a dejar
el mismo buen sabor de boca.
Hay tal aluvión de mediocridades y refritos que se hace difícil
descubrir cosas nuevas, pero están ahí para quien tenga voluntad de
estar al tanto de lo que se va proponiendo con honestidad.
En el caso de mi música, la base es el Rock and Roll pero tengo tanto
respeto por la actitud de los pioneros que procuro serles leal en el
espíritu: ellos no tenían ningún problema –al contrario- en fundir
elementos de diferentes estilos, desde el blues al boogie, desde el
country a la música caribeña (Y si alguien duda este punto, que se
moleste en oir la guitarra típica del rocksteady jamaicano de la mano
del propio Eddie Cochran en “Annie has a Party”).
Respeto a todo el mundo, ya es bastante difícil de por sí desenvolverse
en el ámbito de la música, pero para mí cada canción debe tener espacio
propio, el que sea pero bien definido. No me interesan los ejercicios de
estilo a los que se va variando la letra, eso acaba generando cansancio
y sensación de monotonía.
Cuéntanos los detalles de la gestación de este ‘El Rock and Roll es Libertad’.
Me ofreció Pedro Cristóbal (Speed Limit Cruiser) participar en un cd
dedicado a Madrid patrocinado por el vermut Zarro y eso propició el
reencuentro con un buen amigo y excelente productor, Antonio Prió. Por
su Maratón Studio, a lo largo del tiempo, hemos pasado todos, desde los
Rebeldes a El Último de la fila, el propio Loquillo o, en otra onda,
Lluis Llach, por citar algunos de los cientos de grupos y solistas de
todo tipo y estilo que se han beneficiado de su saber hacer. Estábamos
terminando la producción de la canción seleccionada “Estoy en Madrid” y
ambos nos miramos y supimos que eso no se quedaba ahí, que teníamos que
sacar de nuevo otro trabajo en base a otra tanda de mis canciones.
Se hizo escalado en el tiempo, en unos meses. Yo llevaba de vez en
cuando una base preparada, reíamos, discutíamos hacia dónde debía ir,
volvíamos a reir, grababa bajos o guitarras o voces y acabábamos riendo
como fin de sesión. Fueron creciendo con su ayuda –lo cual considero un
lujo y yo, un compositor afortunado- y, en cierto momento, empezaron a
recabarse las colaboraciones de grandes músicos, que dieron de sí
aportaciones maravillosas y que sin excepción ayudaron a engrandecer los
temas. Qué decir de Lauren Jordán, con sus imprescindibles Inoportunos o
dando color a Gatos Locos. También fue el guitarra principal en el
primer disco de Teorema y siempre es garantía de fuerza y matiz bien
afilado. Ya nos hemos emplazado para el tercero, así que habrá buenas
noticias para el Rock and Roll en su momento. Con Scoti Ferrer llevo
colaborando como Teo y los Reincidentes desde que nos conocimos en una
prueba de guitarra para los Intocables, la amistad nos ha mantenido
unidos y puedo decir, 35 años más tarde, que sigue sorprendiéndome.
También participaron Luis Martín (Lobos negros), el antes mencionado
Pedro Cristóbal y Twang González (Connie and the Rockets y Surfin
Burritos). No podría haber deseado más entrega y mejor resultado.
Se sumaron a los ritmos tanto Luli Collazo (ahora en Blackjacks) como
Sergio Percuta (The Blueroomess) y el ya fallecido José Omar. Sus congas
en "Extraño Veneno Extraño" es su último trabajo y me da escalofríos
cuando la oigo. Y hablando de grandes músicos, Ricky Ariza y Richard da
Silva (Damned Hellbillies) aportaron banjo y mandolina, respectivamente.
El primero es un californiano que anduvo con los Fliying Burrito
Brothers originales (cosas del amor le hicieron venirse a vivir aquí y
es miembro fundador de la Vella Dixieland, una institución en Barcelona)
y al que sólo hizo falta oir una vez las canciones para pasar a grabar a
la siguiente sin un solo error y con aportaciones que nos dejaron
gratamente boquiabiertos. Por su parte, Richard es un poliinstrumentista
solvente y enérgico, ese dúo fue una gozada de la que se beneficiarán
también sin duda quienes les oigan realzando en sus temas.
Reconocidos rockandroleros como Rubén Olivares (Double Six y ahora Rubén
Olivares and the Longcasters) y David Campos (Malpaso) ayudaron también
en los coros, su forma de gritar “¡Libre!” en Supervivientes refleja a
la perfección el espíritu de este CD.
Mención especial he de hacer de Conce Zahino Naranjo (Connie and the
Rockets) que nos regaló su voz principal para la emocionante "Nana para
Niñas Grandes" -un vals rocker- porque tiene sobrada potencia y
sutileza para ello como pocas vocalistas.
¿Has quedado contento con el resultado final?
La verdad es que sí, los neuróticos siempre estaríamos puliendo más y
más pero hay que saber decir basta, lo hemos logrado y sólo me queda
agradecer el extraordinario trabajo de Antonio Prió, con el que sin duda
volveré a trabajar para el próximo. Las canciones ya se van decantando y
empiezan a empujar desde los altavoces de mi estudio.
¿Quiénes acompañan actualmente a Teo en Teorema?
Ahora estoy volcado en crear una estructura virtual, hay que ir con los
tiempos y aprovechar las nuevas herramientas. Una vez la web-tienda esté
consolidada tanto para España como para toda Sudamérica será el momento
oportuno para pensar en montar banda y defenderlas en vivo. Hoy día
tenemos la posibilidad de no depender de nadie aunque la mala noticia
es… ¡Que hay que trabajar! Antes dejábamos en manos de otros las
decisiones y eso, para bien y para mal, se ha acabado. La parte de
escenario es sólo la agradable punta del iceberg pero es importante que
todo lo demás esté bien planteado previamente.
Vamos un poco a los orígenes. Según cuentan, Teo y Sabino Méndez se
conocen a raíz de un anuncio tuyo cuando buscabas músicos
“rithmanbluseros” para formar un grupo. ¿Cómo fueron aquellos excitantes
inicios?
La verdad es que aunque hubo de todo conservo un agradable recuerdo,
piensa que en aquel momento acababa de morir el dictador y ante nosotros
se abrió a la vez un tiempo de libertad y la oportunidad de modelar y
hacer estallar una y otra vez esa energía que nos da sentido a la vida,
el Rock and Roll. Ninguna de las dos cosas se nos regaló, las dimos por
supuestas y peleamos en todas partes y a todos los niveles para lograr
que fueran realidad tanto para nosotros como para el público. En mi
interior, ambas cosas han estado siempre asociadas y por eso es el
título del nuevo CD, hay que recordar a veces que de tan cerca que
tenemos la nariz nos olvidamos que existe y en este momento, la libertad
y me atrevo a decir que el propio Rock and Roll están de nuevo
amenazados por ideologías y actitudes de gente que no sabe vivir sin
andar jodiendo la marrana con sus frustraciones y neurosis a los demás.
No quiero dejarle a mi hijo una sociedad estúpida de abulia ni
conformista con la papillita precongelada que desprecia el libre
pensamiento y lo ve como amenaza. Estamos en ello, yo la autocelebración
tan en boga la dejo exclusivamente para cuando le clavo el cuchillo a
mi (todo sea dicho) excelente tortilla de patatas, me gusta vivir vivo y
de pie y que cuando él crezca comprenda que el orgullo de ser debe
estar siempre en sus actos. No en copiar los míos, sino en darle sentido
a los suyos. Eso es exactamente lo que hicimos los adolescentes majaras
que nos juntamos para exprimir cada gota de vida y eso es lo que nos
subimos a un escenario a cantarles a todos los que quisieron escuchar.
Coincides con el Loco por un corto espacio de tiempo, pero solo te da para un single ¿Qué fue lo que pasó?
A Loquillo lo conocía porque en el mundillo rocker no había, al
principio, más de un par de puñados de personas, insolentes frente a
todo y comprometidos que coincidíamos una y otra vez en los mismos
sitios. Logró engañar a una casa de discos diciéndoles que tenía banda y
repertorio y lo curioso es que cuando se me acercó (sabía que yo era
bajista) diciendo que había logrado contrato discográfico ya tenía a los
Rebeldes con algunas canciones preparadas, poco se esperaba que en un
mes reuniera tanto a Caníbal (batería que vivía en mi calle) como a
Sabino (ya habíamos tocado juntos antes en Pintalabios) o Carlos Nadal
(condiscípulo en mi clase y solista en "Rock and Roll Star") y que le
esperaban un ramillete de temas de primer orden. El mes ése antes de la
grabación dio para que preparáramos tres de las canciones para ese LP
mítico donde los haya: “Los tiempos están cambiando”.
Luego grabamos el EP “Autopista” pero la mili del loco ralentizó el
trabajo. Su ausencia no pudo evitar fricciones que a nadie interesan
fuera de los protagonistas (y a nosotros ya nos importan un comino)
aunque lo irónico del caso es que canciones que luego se conocerían en
"Ritmo de garaje" como "María", "Detroit SOS Rocker City", "No surf",
"Fin de Semana" o "Tejanos Rellenos" ya habían sido preparadas por los
Intocables. Desde el primer momento tuvimos puntos en común y puntos en
los que nunca nos pondríamos de acuerdo, eso es humano. La vida ha
continuado y cada uno ha seguido su propio mapa del tesoro, eso siempre
es (o debería ser) totalmente personal.
Como Teo y Los Reincidentes dejas un disco y con Los del Patio Salvaje, otro. ¿Cómo recuerdas aquellos tiempos tan nómadas?
Con los Reincidentes grabé un disco realmente curioso. A la batería
estaba Caníbal, que había abandonado los Intocables poco después de mi
partida y a la guitarra estaba Scoti Ferrer, un guitarra que habíamos
probado para esa banda. Loquillo buscaba un tipo con fuerte empaque, un
Link Wray y al final eligió a otro pero para mí Scoti es uno de los
guitarras más versátiles que ha dado el Rock and Roll patrio y ya he
comentado antes que lo he disfrutado intensamente a lo largo del tiempo.
La mayoría de las canciones que grabamos para ese trabajo ya estaban
compuestas en los días de los Intocables, pero Loquillo nunca llegó a
oir ninguna. Cosas que pasan.
Con los del Patio Salvaje fue una liberación, me dediqué a explorar
otros sonidos fuera del rock standard, sin cortapisa ninguna y aunque el
resultado es algo irregular, para mi gusto (aquí me van a permitir que
me calle, que estoy más guapo) aprendí muchas cosas que me hicieron
crecer como músico y tirar los a prioris y purismos a la basura y para
siempre.
Aquel fue un momento extraño, el canto del cisne se instaló en los 40
principales y la década dorada del chorro de dinero fácil empezaba a
evaporarse. A nivel personal fueron días de continuos descubrimientos y
lenta capacitación para afrontar el cambio brutal que se dio en el mundo
de la música tal y como la habíamos conocido. A algún puto gilipollas
se le ocurrió imponer un formato (el CD) que no era ni más ni menos que
regalar el máster de la grabación y eso lo alteró todo, empezando por el
propio suicidio que alegremente cometieron las casas de discos al
invitar/incitar al pirateo sin escrúpulos.
Y, bueno, ¿Sabes una cosa? Un día hice números y descubrí que si vendía
yo mismo mi trabajo ganaba 78 veces más por CD que si me lo editaba una
casa de discos y fue el momento en que decidí que por mí, podían
reinventar el fuego con dos piedras.
Pero no es hasta 2011 que reapareces como Teorema, ¿A qué dedicas tu tiempo durante ese largo impás?
Digamos que el mundo de la música cambiaba, yo estaba ya saturado de un
circuito cada vez más mezquino y viciado. En Cataluña directamente lo
destruyeron con sus sacerdotes-funcionarios musicales copando radios y
escenarios, a algunos se les debería caer la cara de vergüenza (que ya
sé que no tienen ni para pegar un sello) porque lo que lograron fue
matar la iniciativa privada y construir un circo de subvencionados que
luego se deshizo en la nada cuando el grifo se cerró.
Y me dediqué a disfrutar intensamente día a día a mi hijo desde el
momento en que nació hasta que empezó a ir al colegio, ese milagro
continuo no lo cambio ni en aquel momento quise cambiarlo por nada.
Los lujos están para merecerlos y coincidió su edad escolar con que la
tecnología adecuada para saltarse las normas-embudo cobró la solidez
necesaria como para crear música de forma autónoma, así que me puse de
nuevo a componer y grabar. Y llegó, además, internet y los techos de
cristal se hicieron pedazos, ya nada ni nadie podía obstaculizar la
difusión del propio trabajo.
Cuando digo que el Rock and Roll es Libertad es porque sé que van de la
mano, son sensaciones gemelas que se multiplican por sí mismas y lo supe
desde que vi, aporreando con trece años Peggy Sue con una guitarra
española, a una chica atreverse a hacer algo que no se hubiera atrevido
a hacer antes de ninguna manera: enrojecer de placer.
Hay grupos que tienen o mantienen una línea de portada y eso es lo
pretendido con Teorema, en ambas se ve a una pareja que exprime gozosa
un momento intenso de placer compartido, ése es el mensaje que hay tras
cada una de las canciones y que quiero que se instale en las vidas de
los demás. No se nos va a ahorrar ningún sinsabor y es justo, pues, que
se disfrute a cambio cada minuto de vida posible. Y el Rock and Roll y
la libertad son el símbolo de eso.
Gracias por darme voz y considerar el esfuerzo común de todos los
músicos que han participado en la creación de este CD, me siento muy
orgulloso de su generosidad y talento.
Lo encontraréis en www.elrockandrolldelosprodigios.com
Muchas gracias por tus palabras y mucha suerte con ‘El Rock and Roll es Libertad’.
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]
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